Oaxaca de Juárez, 30 de junio.-Con qué palabras describir la emoción vivida por el gentío arremolinado a lo largo de más de 400 metros de la calle Derechos humanos en esta vieja Antequera, una extraordinaria tarde para escuchar a Gabino Cué diciendo: “Me llena de energía ver al pueblo despierto, decidido, feliz porque sólo faltan tres días para el cambio largamente esperado”.
Más de treinta mil gargantas unidas en un imponente griterío, lanzando al aire el nombre de quien ha sabido ganarse, a fuerza de honestidad, la confianza de la ciudadanía oaxaqueña: ¡Gabino! ¡Gabino! ¡Gabino! Y aquel ondear de banderas con los colores de los partidos coaligados, PAN, PRD, PT y Convergencia, un tremolar incesante que simboliza el júbilo oaxaqueño, en reconocimiento a 60 días de propuestas y compromisos, a los años de mantener la cercanía con todos los sectores de la sociedad.
Así lo plantea el senador perredista Graco Ramírez al expresar que Gabino une a los oaxaqueños, a los partidos, a las voluntades, y aprovecha para lanzar una admonición a Ulises Ruiz: “El prinosaurio está vivo, pero sus días en Oaxaca están contados”.
Al mismo personaje se dirige César Nava –presidente nacional del PAN- al expresar que el actual gobernador hizo todo para descarrilar el proceso, y en alusión a las grabaciones recientemente difundidas recordó: “sometiste a tu voluntad al árbitro electoral”.
Acto seguido el dirigente panista invitó a irse al mandatario y dejar abierta la puerta del palacio “por donde entrará el pueblo en multitud”, y auguró: “A las cero horas del primero de diciembre, estaremos con Gabino abriendo las puertas del palacio de gobierno, inaugurando una nueva etapa en la historia de Oaxaca”.
Quienes se hallan lejos del templete central dirigen sus miradas a las pantallas instaladas a en la calle para escuchar a Irma Piñeyro, la excandidata de Nueva Alianza, cuando dice: “Es la hora de la verdad, vamos juntos por el triunfo de Oaxaca”.
Dirigentes nacionales y estatales de los partidos en Coalición, legisladores locales y federales, el candidato a la presidencia capitalina –Luis Ugartechea- y la muchedumbre expectante, dan seguimiento a las palabras de Cué cuando sostiene que gobernar implica una gran responsabilidad, un enorme compromiso con la honestidad para el manejo de los recursos públicos, y afirma: “Todas las propuestas que hemos hecho en la campaña, las vamos a asumir como gobierno”.
Josefina Vásquez Mota y Javier Corral, del PAN; Luis Walton, de Convergencia, y coordinador de Diálogo por la Reconstrucción de México, Manuel Camacho Solís, asienten con un movimiento de cabeza cuando el candidato de la paz y el progreso manifiesta que este cuatro de julio tiene que triunfar la razón por encima del dinero malhabido que los priístas derrochan en la campaña electoral.
Avisado del acarreo masivo desde diferentes puntos de la entidad y de la suspensión de labores en las oficinas del gobierno estatal y capitalino, para obligar a los empleados a asistir al cierre del otro candidato, Gabino ofreció respeto a los derechos de los burócratas, lo mismo que un trato digno a las autoridades de los municipios que ahora se ven amedrentados con amenazas de auditoría si no apoyan al candidato de Ulises Ruiz.
Vamos a gobernar –afirmó- con la razón de la ley, no con la fuerza del autoritarismo; vamos a hacer de la política social el eje fundamental de nuestro plan de gobierno; nosotros no vamos a traicionar la confianza del pueblo, expuso, para enseguida invitar para “que el próximo domingo, después de votar, de vigilar las casillas, nos concentremos en la fuente de las ocho regiones, para celebrar el triunfo de Oaxaca.”
Manos y corazones se acompasaron para lanzar el grito esperanzado, la fe en un hombre que ha sabido caminar en las comunidades más alejadas del estado, que se ha sometido a la prueba del polígrafo para demostrar que no miente, que ha hecho pública su declaración patrimonial para que la gente sepa el origen honesto de sus bienes y que ha sabido siempre actuar de cara al pueblo: Gabino Cué, el gobernador del cambio.